Reforma Universitaria

del Escotismo.


Universidad en la integración Latinoamericana

Ricardo Romero
Politólogo UBA
www.ricardoromero.com.ar

“…Es muy glorioso a los habitantes de la América verse inscriptos en el rango de las naciones, 
y que no se describan sus posesiones como factorías de los españoles europeo…”
Mariano Moreno, La Gaceta, 28 /10/1810.

 “…creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten:  estamos 
pasando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana…”
Reforma Universitaria, Manifiesto Liminar, junio 1918.

“… el sueño de Martí, Bolívar y el Che, de tener una América unidad, puede ser realidad con la 
ayuda de los estudiantes, quienes desde ahora realizarán acciones  para la integración 
que se concretiza en el reclamo del derecho y las libertades de los pueblos…”
XIV CLAE-OCLAE, San Pablo Brasil, 2/3/2005
Los precursores de la emancipación americana forjaron sus sueños en aulas universitarias. La famosa Universidad de Chuquisaca fue un faro orientador de ideas de libertad para el continente. El movimiento emancipador era una fuerza juvenil que construyó la base de América. Estas ideas cobraron fuerza con hombres como San Martín, Miranda, Bolívar, O`Higgins, Artigas, entre otros, quienes buscaron superar las diferencias para converger en una Unión Americana. Sin embargo, primaron las pasiones localistas.
Cuando el proyecto de Bolívar y San Martín se frustra en 1826, comienza a tomar fuerza otra visión de la unión americana: el Monroísmo. Desde Estados Unidos, la visión panamericana  se convierte en una forma de proyectar la región bajo la hegemonía del país del norte. Esta visión fue confrontada por el americanismo, impulsado a su vez por el reformismo en sobre la acción de diferentes fuerzas progresistas de Latinoamérica.
La Reforma Universitaria promovida por los estudiantes recorría el continente buscando lazos de solidaridad y la extensión de la Cultura americana a través de las Universidades. Contenían un sueño republicano de una América justa, igualitaria y democrática. Esto muestra que el movimiento estudiantil sigue impulsando una propuesta de integración cultural y humana.  
El proceso de industrialización, esencialmente por sustitución de importaciones, abierto en Latinoamérica desde los años treinta, reorientó los flujos comerciales de los países de la región, incentivando acuerdos de intercambio y cooperación. Podemos citar las experiencias de ALALC, ALADI, el Pacto Andino, entre otros. La lógica política de estos procesos se centraban en los aspectos económicos sin contener una propuesta global de integración.
Tras las crisis de los modelos desarrollistas, especialmente luego del colapso de la Deuda Externa en los años ochenta, los países latinoamericanos desarrollaron reformas neoliberales que, en distinto grado, tendían a propiciar la apertura y desregulación de variables comerciales y financieras.
Por su parte, los Estados Unidos promueve el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) como estrategia para consolidar su hegemonía en la región. La particularidad de este proyecto, es que se basa en la lógica de apertura comercial indiscriminada que favorece a las firmas norteamericanas, sin lógicas de compensación prudentes de un proceso de integración. De esta manera, la libre circulación de mercancías afecta a las economías de la región.
A nivel subregional, desde 1991, se desarrolla la experiencia del MERCOSUR, con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, a lo cual, se suman como países asociados, Bolivia, Chile y Venezuela, proceso que tuvo su auge durante los noventa, permitido por un tipo de cambio bajo, lo que restringía la competitividad a nivel intrazona.
Estos proyectos tienen la debilidad de sentar sus premisas en las tendencias de los flujos y reflujos del comercio internacional, debilitando políticas regionales de largo plazo, especialmente, de aquellas que superen la coordinación macroeconómica y busquen compensaciones orientadas a fortalecer los derechos sociales y humanos de la región.
Aspectos políticos
A lo largo de su historia, la región presentó una constante tensión entre los sustentos populares de las Democracias y las Repúblicas con los sectores autoritarios y conservadores, deviniendo en constantemente en gobiernos dictatoriales, dejando a la región como importante desafío la consolidación institucional de la Democracia y su extensión y profundización con la participación ciudadana.
Este es un punto esencial para repensar la integración como un proyecto de sociedad que contenga las necesidades de los pueblos como base para fortalecer las naciones americanas. El Igualitarismo y la Solidaridad están fuertemente cuestionados por el individualismo y mercantilismo de la doctrina neoliberal. Un proyecto que debería recuperar la base de los derechos civiles y políticos, conjuntamente con los económicos, sociales y culturales, fundamentales para la dignidad humana. Encontramos en América Latina, gobiernos que no se resigna a perder esa función y se proponen humanitarios y alternativos, como el caso de Cuba y Venezuela. 
Es interesante ver, que al proyecto panamericanista  de Estados Unidos se le intenta contraponer una construcción social alternativa de integración americana. El caso de la Alianza Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) es una propuesta interesante para repensar la integración. A lo que podemos sumar la Alianza Social Continental como base para generar un programa que contenga una propuesta igualitaria y solidaria.
Proceso de integración de la Universidad en el MERCOSUR 
El proceso de integración no implica solamente levantar las barreras arancelarias, sino que además, implica favorecer el intercambio de estudiantes, docentes, investigadores y rectores entre los países miembros, tal como se dio en el proceso europeo.
Por suerte, en ámbito del MERCOSUR, se desarrollaron infinidades de actividades tendientes a debatir la problemática. Y la circulación de profesionales ligados a las firmas que desarrollaban actividades en la región, llevaron a instrumentar mecanismos tendientes a compatibilizar las actividades profesionales. En especial, propiciando mecanismos de acreditación y evaluación que permitan el ejercicio flexible de la actividad. 
En el seno del MERCOSUR, las principales actividades tendieron a generar un criterio común de homologación de las profesiones. Comenzando con una tabla de equivalencias en las carreras no universitarias como prueba piloto, para luego pasar a carreras universitarias.
Durante la XII Reunión de Ministros de Educación, se acordó “Tomar cocimiento de lo realizado por el grupo de Trabajo sobre Evaluación y Acreditación de Educación Superior (GT), y recomendar al Comité Coordinador Regional (CCR) dar carácter prioritario al tema y elabore una propuesta de aplicación y un plan de trabajo que establezca un régimen transitorio para la reunión siguiente. Esto permitió elaborar un Plan Piloto de instrumentación de los sistemas de acreditación que avaza paulatinamente.
Universidad como base para la integración
Un dato importante a tener presente para los procesos de integración, es que la educación superior esta viviendo un proceso fuerte de internacionalización, facilitados por los cambios tecnológicos y la descentralización de las instituciones de Educación Superior. Colocando al sector como un factor para los procesos de librecambio sin escapar a la lógica mercantil dominante.
Las innovaciones tecnológicas generan nuevas modalidades de educación, desde la formación a distancia, hasta el aprendiza on-line que dispone variadas relaciones entre los miembros de la comunidad académica: estudiantes, profesores, investigadores, rectores, etc. Proliferando a su vez una serie de cursos virtuales hacia y desde los países de la región.
Como parte del proceso de globalización, las OMC coloca a la “Educación Superior” como una mercancía más que debe ser regulada en los ámbitos de relación comercial. Visión que es fuertemente criticada desde diversos ámbitos académicos. En este contexto, la educación superior presenta un proceso de fuerte de expansión, especialmente a nivel de posgrado.
Los procesos pueden ser una posibilidad de profundizar la integración. Para lo que se deben desarrollar políticas y programas de intercambio a fin de profundizar esta relación, como podemos ver en los casos europeos. Para esto deberían confeccionarse, entre otras cosas, un glosario terminología universitaria, intercambio de información, la realización de encuentros, reuniones y acuerdos, y la eliminación de obstáculos migratorios que faciliten la libre movilidad.
Políticas para profundizar la integración
Existen vínculos entre las organizaciones académicas, sociales y políticas a nivel regional, pero se necesita profundizar y ampliar los mecanismos con esquemas curriculares que impulsen la integración regional y la vinculación profesional de los involucrados en las comunidades académicas.
En este sentido se debería avanzar hacia reformas que flexibilicen el esquema curricular y permitan la acreditación descentralizada de cursos, a fin de facilitar la cursada de materias en distintos países de la región. Esto debería ir acompañado de un proceso de financiamiento e incentivos para motivar a los alumnos a realizar los cursos en otro país. 
Lo que resulta fundamental, es comenzar a repensar los planes de estudio, respecto a la visión de la historia y cultura de la región. Los programas académicos deberían buscar una convergencia crítica que permita a los miembros de la región avanzar hacia futuro común, superando las diferencias que marcaron su pasado.
Hacia una hermandad latinoamericana
Con los epígrafes de este documento intento marcar un collar histórico de los ideales de unidad del movimiento estudiantil latinoamericano. Entiendo que los jóvenes representan un valuarte imprescindible para construir los valores de esa “Gran Reunión Americana” donde los hombres libres del continente construyan una sociedad justa e igualitaria.
En este sentido, espero que estas líneas despierten el interés de los trabajos a desarrollar para dar luz a esta utopía.

Buenos Aires, junio, 2021