Después de la exuberancia de agosto, la luna de septiembre corresponde a una época de cosecha, equilibrio y equilibrio.
El tiempo de vacaciones ya terminó y nos estamos preparando para retomar los ritmos de trabajo.
Por el contrario, la Diosa Tierra ya ha producido y sigue dando sus frutos más sabrosos en la estación estival, mientras se acerca poco a poco la época del merecido descanso.
Los días se acortan visiblemente, la noche comienza a alargarse, y en esta fase de transición de una estación a otra, la naturaleza se nos muestra en su lado más dulce: el aire es cálido y el ambiente muy agradable.
Los animales están ocupados con la intención de recolectar provisiones en previsión de los meses fríos, algunas especies migratorias se están preparando para el gran viaje, e incluso para los humanos es hora de amontonar la cosecha en los lugares apropiados.
Toda la naturaleza está en plena armonía con la energía del signo zodiacal de Virgo, que enseña sabiamente lo importante que es conservar, planificar y utilizar todos los materiales evitando el desperdicio nocivo.
Es por tanto un buen momento para hacer conservas de todo tipo, para relajarse y reflexionar sobre la continuidad de la vida, garantizada precisamente por su carácter cíclico.
Con el 23 de septiembre llega Mabon, el día del equinoccio que da comienzo al otoño astronómico, con la entrada del Sol en Libra.
Un tiempo de perfecto equilibrio entre las dos polaridades masculina y femenina, donde el día y la noche tienen la misma duración.
Según los Grandes Misterios de Eleusis, Deméter devuelve a su hija al inframundo y, mientras Perséfone se prepara para su descenso al Hades, comienza para nosotros el oscuro semestre del año.
Vivimos esta etapa del año con satisfacción, plenitud, bienestar y sentido de trabajo cumplido, con la promesa de continuidad, como lo hacían los antiguos, quienes en este período realizaban ritos para agradecer a la tierra por la cosecha, orando para una temporada de invierno lo más suave posible.
La invitación, también para nosotros, es conectarnos con el sentido de gratitud hacia la Madre Tierra, en este momento en que celebramos la segunda gran cosecha, la más abundante y jugosa: la cosecha y la cosecha del fruto más carnoso.
El tiempo de cosecha es también una oportunidad para hacer un balance, donde equilibrar también significa traer equilibrio a la vida de uno, entre la energía masculina y femenina dentro de nosotros.
Honremos el equilibrio que reina en la naturaleza, su armonía y belleza, y así prepararnos para la transición a la estación otoñal.
Partidos de la luna de septiembre
Espíritus de la naturaleza: hadas
Plantas: hinojo, centeno, trigo, bursera, valeriana
Colores: marrón, amarillo verdoso, amarillo
Flores: narciso, lirio
Perfumes: styrax, lentisco, gardenia, bergamota
Piedras: crisólito, olivino, citrino
Árboles: avellano, alerce, laurel
Hierbas: trigo, vid y hojas de roble.
Animales: serpiente, chacal
Deidades: Demeter, Ceres, Isis, Nephthys, Freya, Ch’ang-O, Thoth
Incienso: mirra, pino, salvia, hibisco y pétalos de rosa.
Energía: descanso después del trabajo; equilibrio entre la Luz y la Oscuridad. Organizar. Limpiar y remediar el desorden físico, mental, emocional y espiritual.
Símbolos: uvas, vino, higos, guirnaldas, piñas, maíz, hojas secas, ruedas solares, granada.
El ave del Equinoccio es el cisne como símbolo de la inmortalidad del alma y guía de los muertos al más allá.
Las actividades incluyen hacer amuletos protectores para la temporada de invierno.