Simbolismo masónico en el fútbol

Este domingo comenzará a rodar una pelota y la humanidad tendrá como principales noticias las gambetas, jugadas y goles de los partidos que transcurran en el Mundial de Qatar. Así durante un mes, el fútbol será tapa de los diarios hasta el 18 de diciembre, cuando sepamos quién levanta la Copa del Mundo.

Es una oportunidad para recoger el espíritu inicial de igualdad, libertad y fraternidad con el que masones reunidos un 26 de octubre de 1863, en la Freemason`s Tavern, cita en la calle Queen Elizabeth Nº 11 de Londres, establecieron las primeras reglas del afamado deporte. 

En ese mismo encuentro, la discrepancia por el uso de las manos dio origen a otro deporte, el Rugby, en tanto que el Fútbol solo permitiría el uso de los pies. Mientras se pensaba al Fútbol como un deporte de clases altas, por su forma técnica y estratégica de juego, y al Rugby para las clases populares, la paradoja se presenta en la fuerte expansión popular del balompié a lo largo del mundo.

La herencia masónica se refleja en varios aspectos, como que el número primo 11 es la cantidad de cargos de una Logia que puede ser Justa y Perfecta con el mínimo de 7, la cantidad con la que se puede jugar un partido de fútbol, basta recordar nuestra última final de campeones. Incluso, un partido dura 90 minutos, en referencia a la Escuadra y cada tiempo 45, que simboliza la apertura del compás.

La expansión del Imperio Británico, donde la masonería permitía lazos para negocios comerciales y vínculos políticos, también los escoceses difundieron el deporte como forma de hermanar a la sociedad.

Nuestro país es un ejemplo de ello, donde la inmigración europea propició que masones llegarán con sus prácticas, promovidos por una elite dirigente vinculada a la asociación de la escuadra y el compás (recordemos que los primeros presidentes argentinos fueron masones). 

El primer partido de fútbol lo promovieron los hermanos Thomas y James Hogg en el Buenos Aires Cricket Club, donde se fundó el Buenos aires Football Club que realizó el encuentro el 20 de junio de 1867, usando los colores identificatorios de maestros (colorados) y aprendices (blancos) jugaron un partido donde ganaron los primeros por 4 a 0.

Un promotor del fútbol en argentina fue Alejandro Watson Hutton, graduado en Humanidades de la Universidad de Edimburgo y miembro de la Logia Excelsior Nº 617, quien promovió la práctica en el Colegio Saint Andrew y posteriormente fundó el English High School, base del legendario Alumni.

Nuestro primer club de fútbol nació en el conurbano en 1887, el Quilmes Athletic Club, solo de ingleses, y posteriormente surgió un club solo de nativos, el Argentinos de Quilmes, que según Osvaldo Bayer mientras unos tomaban té los otros preferían mate.

Desde 1901 a 1910, las más de 30 instituciones que surgieron y que hoy son base de la Liga Argentina, se encuentran Gimnasia y Esgrima de La Plata; Banfield, Estudiantes de Buenos Aires, Central Argentine Railway Athletic (Rosario Central) o el mismo Alumni, que será el antecedente del Racing Club de Avellaneda. En todos ellos podemos encontrar masones en sus primeras comisiones directivas y simbología masónica en sus camisetas, como la banda en la de River o el collarín en la de Velez Sarfield.

De hecho, en la sede de la Logia Liberi Pensatori surgiría el River Plate, el 25 de mayo de 1901, de los cuales los hermanos Liberti eran miembros. No es casual que el Monumental se llame Antonio Liberti y la banda roja de la camiseta devenga de la que usan los Maestros Masones.

Al igual que hoy existen Logias Femeninas, el fútbol ya no es cosa de varones, se ha expandido la participación de la mujer en el deporte, incluso en 1991 se disputó el primer mundial femenino. El gran salto sería lograr la mixticidad.

Esperamos también, que en ese intercambio de camisetas, símbolo de Tolerancia, se vea reflejado el llamado pacifista al diálogo y al respeto, para pensar un mundo solidario y hermanado. Sería el gran aporte de la masonería a través del fútbol para la humanidad.

Richard Da Silva 3º 9º 33º